En el siglo XVII el famoso matemático escocés John Napier,
distinguido por la invención de los logaritmos, desarrolló un ingenioso
dispositivo mecánico que utilizando unos palitos con números impresos permitía
realizar operaciones de multiplicación y división.
En 1642, el matemático francés Blaise Pascal construyó la
primera calculadora mecánica. Utilizando una serie de piñones, la calculadora
de Pascal sumaba y restaba.
A finales del siglo XVII el alemán Gottfried Von Leibnitz
perfeccionó la máquina de Pascal al construir una calculadora que mecánicamente
multiplicaba, dividía y sacaba raíz cuadrada. Propuso desde aquella época una
máquina calculadora que utilizara el sistema binario.
A mediados del siglo XIX, el profesor inglés Charles Babbage
diseñó su "Máquina Analítica" e inclusive construyó un pequeño modelo
de ella. La tragedia histórica radica en que no pudo elaborar la máquina porque
la construcción de las piezas era de precisión muy exigente para la tecnología
de la época. Babbage se adelantó casi un siglo a los acontecimientos. Su
Máquina Analítica debía tener una entrada de datos por medio de tarjetas
perforadas, un almacén para conservar los datos, una unidad aritmética y la
unidad de salida.
Desde la muerte de Babbage, en 1871, fue muy lento el
progreso. Se desarrollaron las calculadoras mecánicas y las tarjetas perforadas
por Joseph Marie Jacquard para utilizar en los telares, posteriormente
Hollerith las utilizó para la "máquina censadora", pero fue en 1944
cuando se dio un paso firme hacia el computador de hoy.
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